Miguel de Unamuno fue uno de los primeros intelectuales españoles en los que la contemplación del paisaje y la reflexión profunda sobre su significado son fundamentales a la hora de entender su obra artística y filosófica. Ya uno de sus primeros libros, Paisajes (1902), muestra que para el autor vasco lo que confiere importancia a un paisaje es, además de la presencia armoniosa de los elementos naturales, su asociación a obras artísticas e históricas perdurables (es decir, estamos hablando de un paisaje culturizado). A lo largo de toda su vida Unamuno volcó su interés en la descripción paisajística en gran cantidad de escritos en forma de artículos destinados a revistas o periódicos. (Curiosamente, el paisaje está totalmente ausente en sus novelas para no distraer al lector de la trama argumental). Muchos de ellos fueron agrupados por el autor para armar títulos muy importantes dentro de su obra, como Paisajes (1902), De mi país (1903), Por tierras de Portugal y de España (1911) y Andanzas y visiones españolas (1922). Son libros un tanto misceláneos donde conviven la descripción de lugares, el relato breve, las memorias, la estampa costumbrista e incluso la crítica literaria. El segundo de ellos (quizás el menos leído por ser el más monográfico), De mi país, ha sido rescatado por el editorial vizcaína El Gallo de Oro.
De mis país (Madrid, Fernando Fe, 1903) es una recopilación de quince artículos de juventud de don Miguel que habían aparecido previamente en El Noticiero de Bilbao, El Norte de Bilbao, El Diario de Bilbao, La Voz de Guipúzcoa, El Noticiero Bilbaíno, La Vasconia (Buenos Aires), Ecos Literarios (Bilbao) y, mayoritariamente, en el también bilbaíno El Nervión. En esta última cabecera, que empezó a publicarse el 27 de enero de 1891, colaboró Unamuno Unamuno casi de inmediato, en concreto con un cuadro de costumbres, Bilbao al aire libre, publicado el 2 de marzo de 1891 y recogido en este libro. La pieza de De mi país más antigua, Guernica, data de 1885 y el más reciente, La casa-torre de los Zurbarán, de 1898. Por su parte, Alma vasca es un artículo que vio la luz el 10 de enero de 1904 en la revista madrileña Alma Española, publicación en la que en apenas dos años de vida se dieron a conocer numerosas personalidades de la llamada Generación del 98.
ALMA VASCA
No se conoce a uno sino por lo que dice y hace, y el alma de un pueblo sólo en su literatura y su historia cabe conocerla –tal es el común sentir. Es hacedero, sin embargo, conocer a un pueblo por debajo de la historia, en su obscura vida diaria, y por debajo de toda literatura, en sus conversaciones.
«Si los pueblos sin historia son felices, felicísimos han sido los vascos durante siglos y siglos», dijo de nosotros Cánovas del Castillo. De esta felicidad secular arranca nuestra juventud, una juventud amasada durante siglos. Pero ¿es que no hemos tenido historia? ¿Nos han faltado Aquiles u Homeros que los hayan cantado? «El pueblo inglés es un pueblo mudo; pueden cumplir grandes hazañas, pero no describirlas», dijo de su pueblo Carlyle, y con más razón que él del suyo puedo yo decirlo del mío. Y así como Carlyle añadía que su poema épico, el de los ingleses, está escrito en la superficie de la tierra, así añado yo que, más modestamente y más en silencio aún, ha escrito en la superficie de la tierra y en los caminos del mar su poema mi raza, un poema de trabajo paciente, en la América latina más que en otra parte alguna.
Durante siglos vivió mi raza en silencio histórico, en las profundidades de la vida, hablando su lengua milenaria, su eusquera; vivió en sus montañas de robles, hayas, olmos, fresnos y nogales, tapizadas de helecho, argoma y brezo, oyendo bramar al océano que contra ellas rompe, y viendo sonreír al sol tras de la lluvia terca y lenta, entre jirones de nubes. Las montañas verdes y el encrespado Cantábrico son los que nos han hecho.
Entramos tarde en la cultura, y entramos en ella con todo el vigor de la juventud y toda la cautela de una juventud elaborada tan lentamente, con timidez bajo la audacia misma. Porque el vasco, por arriesgado que sea ante la naturaleza, suele ser tímido ante los hombres, vergonzoso. El más valeroso marino vasco que haya afrontado el peligro supremo con serena calma, el más fuerte luchador contra los elementos que salga de mi raza, la de Elcano, el primero que dio vuelta al mundo, encuéntrase en sociedad cohibido. […]
De mi país incluye textos de temas muy variados y de una escritura chispeante. En el artículo inicial sobre una excursión a Guernica y a sus famosos Árbol y Casa de Juntas se atisba ya en Unamuno su primera concepción sobre el paisaje («No sé apreciar la naturaleza más que por la impresión que en mí produce»). Mayor importancia tiene En Alcalá de Henares Castilla y Vizcaya, donde Unamuno contrapone el sobrio paisaje castellano al de su región natal («Este campo y este cielo me abruman, y me parece que me arrancan de mí mismo»), responsable del carácter de sus habitantes («Comprendo que estos campos hayan producido almas enamoradas del ideal, secas y cálidas, desasidas del suelo o ambiciosas»). Hay que decir que para nuestro autor no hay paisaje que no sea digno de admiración estética, ya que todos tienen su belleza particular. Como se sabe, el paisaje mesetario irá cautivando al escritor vizcaíno hasta ser uno de sus mayores evocadores en multitud de escritos.
También hay mucho de estudio costumbrista en estos artículos, una faceta que en cierto modo irá abandonando con el paso del tiempo. Artículos como Los gigantes, Un partido de pelota, Chimbos y chimberos, San Miguel de Basauri o Solitaña, constituyen ejemplos del mejor costumbrismo frívolo y desenfadado de finales del siglo XIX. Romerías, competiciones de pelota, procesiones de Semana Santa, cabalgatas de gigantes y cabezudos, excursiones y un par de cuentos forman el grueso de la antología. (Evidentemente, estas piezas serán mejor disfrutadas por los naturales de Bilbao y de toda Vizcaya, que encontrarán familiares los lugares y fiestas referidos). En Antón el del pueblo glosa Unamuno con perspicacia y agradecimiento la biografía y la obra del poeta Antonio de Trueba (conocido como «Antón el de los Cantares»), muy leído por las clases populares y denostado por la crítica. Finalmente, Mi bochito es una preciosa evocación de Unamuno sobre el Bilbao de su infancia, que sin duda prefiere al del espectacular desarrollo industrial que la provincia vivía esos años («Cuanto más prospera y crece mi pueblo, menos me atrae, porque tanto más deslustra el retrato que de él yace prendido en el cristal de mi espíritu»). Aquí encontramos algunas informaciones sobre la infancia, como por ejemplo, que nació en la misma casa en la que lo hizo 58 años antes el compositor Juan Crisóstomo de Arriaga.
Alma vasca es un pequeño ensayo en el que de manera más literaria que etnográfica pasa revista Unamuno a la historia y a la idiosincrasia de sus paisanos vascos. «Durante siglos vivió mi raza en silencio histórico, en las profundidades de la vida, hablando su lengua milenaria», escribe Unamuno al inicio del texto. Y sigue: «porque el vasco, por arriesgado que sea ante la naturaleza, suele ser tímido ante los hombre, vergonzoso. […] Un carácter rudo y pacientemente impetuoso, por lo común autoritario». Pero al final, «el día en que pierda la timidez, cobre entera conciencia de sí y aprenda a hablar en un idioma de cultura, os aseguro que tendréis que oírle, sobre todo si descubre su hondo sentimiento de la vida: su religión propia».
A pesar de que De mi país es un título menor dentro de la vasta obra de Miguel de Unamuno ningún buen lector del maestro vizcaíno debería dejarlo pasar de largo porque en sus modestas páginas se pueden encontrar temas, procedimientos y actitudes de muchas de sus obras posteriores. Y, en cualquier caso, el Unamuno articulista siempre supone una lectura placentera.
Puntuación: 4 (de 5)
Ediciones El Gallo de Oro (2019)
Colección: Miguel de Unamuno
150 págs.
Ver y Comprar este título en Amazon: De mi país
«De mi país» (1903) es una interesante recopilación de artículos de un escritor todavía joven donde se mezcla el relato breve, las memorias, descripciones costumbristas y de lugares y paisajes.
Una obra llena de frescura, crítica y con un cierto aire entre de crónica periodística y libro de viajes. Un Unamuno que se sentía profundamente vasco nos habla de un pueblo laborioso y capaz de grandes gestas, pues son ‘parcos en palabras pero largos en obras’. (Sinopsis de la editorial)
MIGUEL DE UNAMUNO (Bilbao, 29 de septiembre de 1864 – Salamanca, 31 de diciembre de 1936) fue un escritor y filósofo español perteneciente a la generación del 98. En su obra cultivó gran variedad de géneros literarios como novela, ensayo, teatro y poesía. Fue nombrado rector de la Universidad de Salamanca tres veces.
COMPARTE:
EMBÁRCATE EN LA LUCHA CONTRARREVOLUCIONARIA: Si quieres defender la cristiandad y la hispanidad, envíanos tus artículos comentando la actualidad de tu país hispano, o colaboraciones sobre la fe católica y la cultura, así como reseñas de libros, artículos de opinión… Ya superamos las 12.000.000 de páginas vistas anualmente en todo el mundo, únete a nuestro equipo de voluntarios y difunde la verdad compartiendo en redes sociales, o remitiendo tus colaboraciones a redaccion@tradicionviva.es . Puedes seguirnos en Telegram: t.me/tradicionviva / Facebook: @editorial.tradicionalista / Twitter: @Tradicion_Viva / Youtube: youtube.com/c/tradicionvivaTv / Suscríbete a nuestro boletín digital gratuito, pulsa aquí.
TE NECESITAMOS: Somos un espacio de análisis lejos de los dogmas de la corrección política; puedes colaborar haciendo una DONACIÓN (pulsando aquí)