Ahí, Meloni aprobando la entrada de más inmigrantes extracomunitarios a petición de los empresarios italianos (principalmente de los sectores turístico y agrícola), quienes llevaban tiempo reclamando al Gobierno «mano de obra barata» (ésa que curra poco menos que por un bocadillo de calamares) frente a la «mano de obra nacional» (ésa que reclama salarios dignos y empleo estable) para así poder competir en el mercado con los productos extranjeros.

De nuevo, las «leyes de hierro» del máximo beneficio y el ritmo de producción, competencia y rentabilidad se imponen a las del proteccionismo, lo que está provocando una sustitución demográfica a gran escala cuyo impacto en las sociedades europeas ya se adivina fatal a corto/medio plazo.

De nada sirve, pues, aprobar leyes contra el «tráfico de esclavos» mientras se mantiene el sistema económico que lo fomenta, por mucho que tal se quiera vender como «inmigración controlada».

PD. – ¿Meloni fascista? El día que la pequeña rubia de un corte de mangas a la UE y la OTAN, sustituya el patrón-dólar por el patrón-trabajo, «queme» la deuda, reinstituya el IRI, cree una banca pública y establezca un modelo económico basado en principios autárquicos…igual alguien se puede tomar en serio dicha afirmación.

Ricardo Herreras

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