Por Stefano Gennarini, J.D.

(C-Fam) Un alto funcionario de política exterior de la administración Biden dijo durante una entrevista en el Atlantic Council, que la guerra de Ucrania se debió en parte a la presión de Occidente sobre los asuntos homosexuales y transgénero.

“Parte de lo que Ucrania está luchando y lo que Rusia está tratando de sofocar es la liberación, es decir, entender a quién se aplican las protecciones de los derechos humanos”, dijo Samantha Power, administradora de USAID, en referencia a cuestiones de orientación sexual e identidad de género. Power dijo que los ucranianos estaban trabajando rápido para liberar su país incluso mientras luchaban contra los rusos.

“Se ve cómo las protecciones LGBTQI avanzan a través de medidas y regulaciones legislativas”, dijo, y agregó que la transformación de la cultura legal de Ucrania también estaba cambiando rápidamente porque los nuevos jueces estaban siendo investigados sobre la base de estos problemas.

Power dijo que su agencia era un “socio de importancia crítica” en esto. Explicó que EE. UU. consideraba que promover esta agenda era lo mismo que promover la democracia.

“No creo que podamos siquiera pensar en los derechos LGBTQI+ fuera del contexto más amplio de los movimientos antidemocráticos que existen en todo el mundo”, dijo, y explicó que las fuerzas antidemocráticas se están “asociando con actores represivos externos que buscan ampliar las divisiones dentro de las democracias”.

Power dijo que su agencia había otorgado $16 millones en subvenciones disponibles para organizaciones LGBTQ, pero que toda la programación de EE. UU. ahora tiene componentes relacionados. Ella dijo que esto estaba dando como resultado un “aumento en la programación” sobre este tema.

“No es suficiente tener una pequeña cantidad de dinero o incluso una gran cantidad de dinero, todos los programas, en educación, en salud, deben estar atentos y enfocados para hacer todo lo posible para asegurarnos de que no solo estamos practicando el desarrollo sino desarrollo inclusivo”, dijo Power, y agregó que esta era una “característica de diseño” de los programas estadounidenses.

Power promocionó su trabajo como Embajadora de los Estados Unidos ante las Naciones Unidas bajo la administración de Obama como esencial para desarrollar nuevos derechos humanos basados en la orientación sexual y la identidad de género. Recordó su trabajo para incluir la frase “orientación sexual e identidad de género” en una resolución del Consejo de Seguridad.

“Pensar en cómo estas normas se vuelven más destacadas en el derecho internacional creo que es muy importante”, dijo.

“El hecho de que los instrumentos internacionales incluyan a veces de manera más explícita y a veces de manera más implícita los derechos LGBTQI+ como derechos humanos”, dijo, es una prueba de progreso. Con lenguaje implícito se refería a frases como “formas de discriminación múltiples e interrelacionadas”, que Estados Unidos promueve habitualmente en las negociaciones de la ONU.

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“Estos instrumentos internacionales, y esta es una parte fundamental de la agenda del presidente Biden, son realmente importantes. Les da a las organizaciones e individuos LGBTQI+ algo en lo que apoyar sus argumentos”, explicó, y dijo que “estos principios están cobrando fuerza”.

Elogió en particular al experto independiente de la ONU sobre orientación sexual e identidad de género, cuyos mandatos fueron renovados por poco margen el año pasado por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Ella dijo que EE. UU. estaba trabajando en conjunto con 31 países para simplificar los temas de orientación sexual e identidad de género en el derecho internacional a través de esta posición de la ONU.

Cuando se le preguntó cómo se compara la posición de la política exterior de EE. UU. con las controversias en curso a nivel federal y estatal de EE. UU. en torno a cuestiones de orientación sexual e identidad de género, Power respondió que EE. UU. estaba impulsando la agenda de la administración Biden a través de un “diálogo humilde” en lugar de a través de reproches “meneando el dedo”.

Dijo que las políticas LGBTQ de EE. UU. tenían la “estrella del norte” que está “arraigada no solo en los valores estadounidenses”, sino en los mismos “instrumentos internacionales y valores universales” que ella había reclamado previamente para ayudar a dar forma.

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