La peregrinación de París a Chartres, cuya capellanía está a cargo de los sacerdotes de la Fraternidad San Pedro, reunió a 16,000 participantes para Pentecostés 2023. Esta afluencia excepcional fue presentada por los organizadores como una brillante respuesta al Motu proprio Traditionis custodes (16 de julio de 2021) que reduce severamente la posibilidad de celebrar la Misa Tridentina.
El 25 de mayo, antes de partir, Michael Matt, editor de The Remnant que encabezaba el grupo de peregrinos estadounidenses, declaró a Edward Pentin: «El hecho de que la peregrinación haya alcanzado su capacidad máxima este año es nada menos que un testimonio sorprendente de la popularidad de la Misa en latín entre los jóvenes católicos».
Y agregó: «Esperamos sinceramente que el Vaticano vea en este evento una expresión alegre y no polémica de la juventud, de la vitalidad y del poder unificador de la Misa en latín».
Una respuesta ambivalente
El día del inicio de la peregrinación, sábado 27 de mayo, Jean-Marie Guénois publicó en Le Figaro las respuestas de varios peregrinos sobre su apego a la liturgia tradicional. Ciertamente, el periodista francés señaló que muchos de estos jóvenes llevaban «una camiseta estampada con estas palabras: ‘Guardianes de la Tradición’, traducción del decreto papal Traditionis custodes, fatal para los ‘tradis’. Estas camisetas se pueden comprar en la tienda en línea de la peregrinación».
Sin embargo, un peregrino, Osmane Caillemer, de 23 años, futuro abogado, señaló: «¡No vamos a hacer una peregrinación de 100 kilómetros a pie para manifestarnos! No estamos en un espíritu de protesta, no es un enfoque militante, es un acto de profundización personal y un testimonio de fe. Mi generación ya no está en una dimensión de combate.
«Se siente atraída por la belleza, el sentido de lo sagrado, el silencio de la Misa tradicional. No encontramos este recogimiento en otros lugares, y esto atrae a los jóvenes que asisten a la Misa ordinaria en las parroquias. Nuestra generación está sobre todo desprovista de formación y transmisión. Nos sentimos plenamente en la Iglesia. No hay ambigüedad al respecto, la capellanía de la peregrinación corre a cargo de la Fraternidad San Pedro, que ha optado por la fidelidad a Roma y al Papa».
Además, el Padre Julien Durodié, párroco de Saint-Eugène-Sainte-Cécile, designado por el arzobispo de París, Monseñor Laurent Ulrich, para celebrar la misa de clausura, el sábado por la mañana, en San Sulpicio observó: «No se debe reducir el impulso de esta peregrinación a la única cuestión de la liturgia. Estos jóvenes tienen sed de formación. Quieren salir de la confusión doctrinal.
«Si los organizadores están abrumados por el éxito, es porque la peregrinación no es la de un mundo tradicional enroscado en sí mismo. No es la peregrinación de los burgueses católicos. Lejos de las ideologías, atrae a personas que redescubren la fe cristiana en todos los estratos sociales».
Jean-Marie Guénois añade: «Para este pastor, que tuvo que aprender a celebrar según el rito antiguo, ‘este mundo tradicional’ no es muy conocido. Despierta el temor y hay heridas en ambos lados. Pero el diálogo no siempre es fácil entre sacerdotes. Nos resulta difícil abordar el tema de la liturgia».
Sobre el tema del Concilio Vaticano II, el Padre Durodié asegura: «No observo ningún cuestionamiento como tal, sino interrogantes sobre su interpretación y su aplicación. Estos fieles están muy apegados a la Iglesia católica, por lo que no veo ningún riesgo de ruptura. Sin embargo, lo que es difícil encontrar es el equilibrio».
El objetivo es mostrar su fidelidad al Papa, autor de Traditionis custodes, y al mismo tiempo su fidelidad a la Misa tradicional, como afirma Osmane Caillemer. En consecuencia, se entiende que el diálogo sobre el tema de la liturgia no sea fácil entre sacerdotes, y que el equilibrio sea difícil de encontrar para los fieles, como reconoce el Padre Durodié.
Una adhesión «plural»
Una encuesta publicada en La Croix el 25 de mayo refuerza la impresión de una adhesión heterogénea a la Tradición por parte de estos jóvenes atraídos por la Misa tridentina. Matthieu Lasserre se pregunta: «¿Se puede concluir que la Misa ‘tradi’ es verdaderamente un modelo entre los jóvenes? Como mínimo, se puede decir que despierta la simpatía de algunos de ellos.
«Según la encuesta realizada por La Croix entre los participantes de la JMJ de Lisboa [prevista para agosto de 2023], el 38% dice apreciar esta liturgia: el 8% dice que es su Misa favorita, el 11% afirma que les gusta tanto como la Misa en francés, y un 19% asiste a ella ocasionalmente».
El historiador Paul Airiau observa: «Ahora hay una hibridación entre la juventud ‘tradi’ y no ‘tradi’». Y el diario francés añade: «De una decena de jóvenes entrevistados por La Croix, muy pocos declaran asistir únicamente a Misas tridentinas. La gran mayoría va más o menos regularmente a la Misa ordinaria, por gusto o por razones geográficas».
En La Croix, el 31 de mayo, la editora en jefe Isabelle de Gaulmyn intentó tranquilizar a sus lectores clericales y de edad avanzada. Bajo el título: «La Misa en latín no salvará a la Iglesia», la autora considera que el relativo atractivo de la liturgia tradicional para los jóvenes católicos no se debe a una liturgia conciliar desacralizadora, poco propicia para el recogimiento, sino a «la considerable ruptura antropológica que vivimos desde los años 50, y que trastoca por completo nuestra relación con lo divino, con el cuerpo, con las instituciones».
Sin el menor reparo, señala: «El modelo de una institución eclesial movilizada únicamente en torno a las celebraciones dominicales y los grandes sacramentos de la vida (nacimiento, matrimonio, muerte) ya no se sostiene en nuestra sociedad secularizada». En otras palabras, Francia está secularizada hoy, y la reforma conciliar no tiene nada que ver con eso.
Sin embargo, ante este entusiasmo de algunos jóvenes por la Misa tradicional, Isabelle de Gaulmyn está dispuesta a hacer una concesión a favor de un cierto pluralismo: «Sin duda, debemos aceptar otras formas de rezar, de reunirnos, de encontrarnos, de implicarnos. En lugar de perdernos en acusaciones recíprocas y estériles, debemos mostrar creatividad –un tema teorizado por Benedicto XVI– y atrevernos a ser diferentes, plurales, sin un modelo único, olvidando las etiquetas de católicos reaccionarios o progresistas».
Fuentes: Edward Pentin/Réinformation TV/La Croix/DICI n°433 – FSSPX.Actualités
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I. Caballero
19/07/2023 at 19:34
La Croix, el ex-diario CATOLICO francés, NO es una referencia desde hace tiempo…
Es lo mismo leer cualquier diario marxista que La Croix. Seguro que la encuesta es falsa.
En Francia el movimiento tradicionalista es algo IMPARABLE.
La Tradicion ante todo y sobre todo, en la vida religiosa y en la politica
DIOS, PATRIA y REY LEGITIMO