El italiano Jacopino del Conte fue el único artista que pintó a San Ignacio de Loyola en vida.
Fijémonos en sus rasgos principales. Evidentemente no es un sueco. Es un europeo mediterráneo. Obsérvese que está con una sotana negra como vestían los sacerdotes del siglo XVI, muy amplia, pero adaptada al cuerpo y un pequeño cuello blanco que usaban los eclesiásticos hasta el momento en que desafortunadamente esas costumbres fueron abandonadas. Es digno de mención el birrete, que también casi todo el clero abandonó. Birrete negro, dividido en tres partes, representando la unidad en la trinidad de Dios.
La cabeza es de un hombre delgado sin ser escuálido, con los pómulos de la cara muy salientes. Nariz aquilina, en forma de pico de águila y larga. Pelo negro, barba y cejas oscuras. Ojos pequeños, negros y hundidos.
La fisonomía, muy pensativa, no expresa ni alegría ni tristeza, revela pensamiento, meditación y una enorme seguridad. En otras palabras, es un hombre que está completamente seguro de la verdad que medita y de la fe que abraza. El dominio que ejerce sobre sí se manifiesta, principalmente, por la impasibilidad del rostro. Si explotase una bomba junto a él podría no mostrar ningún susto. Si tuviese que coger una espada para combatir no mostraría saña, aunque fuese un combatiente peligroso. Por su condición sacerdotal tiene más el hábito de combatir con argumentos que con espadas y por más noble que sea esgrimir con espadas es más noble aún esgrimir con argumentos porque quien argumenta pone en acción una facultad de la inteligencia y quien esgrime con espadas pone en acción una propiedad de la inteligencia, pero sobre todo del cuerpo.
Es el gran fundador de la Compañía de Jesús, al que se debe, en buena medida, la más gloriosa y eficaz de las Contrarrevoluciones, que fue la Contrarreforma Católica.
Se hizo famoso por su espíritu pugnaz, su penetración política, su psicología finísima y eximia capacidad que tenía de predicar los famosos Ejercicios Espirituales, cuya autoría no era suya sino de Nuestra Señora que se le apareció y se los dictó durante un retiro en la gruta de Manresa. Hay trechos en ellos de una tal lógica que es como para retorcerse de admiración.
Se pueden notar varios rasgos retratados en su fisonomía: hombre capaz de guardar secretos, capaz de hacer en silencio una larga y compleja trama política, hombre con espíritu dotado de autoridad inusual que ejercía sobre sus religiosos un mando total y que ese mando que ejercía sobre los otros él comenzaba por ejercerlo sobre sí mismo, transformando a la Compañía de Jesús en el propio símbolo de la obediencia.
Ver ese cuadro enriquece la idea que se tiene de San Ignacio, mejora la propia idea de santidad y de cómo es un santo de la Iglesia Católica Apostólica Romana. Enriquece la idea de santidad de la Iglesia y de la santidad del propio Dios.
Este artículo se publicó originalmente en https://plineando.blogspot.com/
COMPARTE:
EMBÁRCATE EN LA LUCHA CONTRARREVOLUCIONARIA: Si quieres defender la cristiandad y la hispanidad, envíanos tus artículos comentando la actualidad de tu país hispano, o colaboraciones sobre la fe católica y la cultura, así como reseñas de libros, artículos de opinión… Ya superamos las 12.000.000 de páginas vistas anualmente en todo el mundo, únete a nuestro equipo de voluntarios y difunde la verdad compartiendo en redes sociales, o remitiendo tus colaboraciones a redaccion@tradicionviva.es . Puedes seguirnos en Telegram: t.me/tradicionviva / Facebook: @editorial.tradicionalista / Twitter: @Tradicion_Viva / Youtube: youtube.com/c/tradicionvivaTv / Suscríbete a nuestro boletín digital gratuito, pulsa aquí.
TE NECESITAMOS: Somos un espacio de análisis lejos de los dogmas de la corrección política; puedes colaborar haciendo una DONACIÓN (pulsando aquí)